Los promocionales prometían un final mortal de otoño para The Walking Dead y vaya que lo logró, en uno de los episodios más impresionantes de la serie la noche de este martes.
A mitad del episodio, a pesar de las peticiones de Rick con el Gobernador (cuyo nombre, que recientemente conocimos, es en realidad Brian) de dejar ir a sus prisioneros, Hershel y Michonne, para que su grupo y el de él pudieran aprender a coexistir en la prisión, Hershel, el médico sabio y mayor, fue brutalmente decapitado por el Gobernador.
Así comenzó la mayor secuencia de acción desde el final de la segunda temporada, con el grupo de sobrevivientes de Rick (incluidas Maggie y Beth, quienes acababan de ver a su propio padre asesinado) en un tiroteo con el campamento que el Gobernador acababa de tomar.
Mientras esto pasaba, el Gobernador se enteró de que la niña que juró proteger, Meghan, había sido asesinada recientemente por un caminante y le disparó en la cabeza sin pensarlo, para evitar que se convirtiera.
Fue el combate mano a mano entre el Gobernador y Rick, y tan pronto como parecía que Rick iba a morir, Michonne embistió al Gobernador con su espada, y la madre de Meghan, Lilly, la nueva novia del Gobernador, lo mata posteriormente.
Como si eso no fuera suficiente, vemos a Tyreese (quien en este punto en los cómics había sido asesinado) siendo salvado por dos niñas que fueron entrenadas en armas de fuego por Carol.
Hablando de Carol, su amigo más cercano en la prisión, Daryl, pronto superó su enojo con el hecho de que había sido desterrada y trabajó, al usar granadas y el cuerpo de un caminante, para derrotar a la gente del Gobernador y su tanque, antes de que miembros del grupo abandonaran la prisión, que se llenó de caminantes.
Las reacciones al desarrollo de la historia estuvieron presentes desde la noche del domingo en Twitter, cuando se transmitió el episodio en Estados Unidos.
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